¿Y a esto cómo se juega?

Cada LUNES el blog se actualizará con una entrada que expondrá la situación actual de Óscar y se dará a elegir a los lectores entre tres opciones que representarán su futuro inmediato: dos de estas opciones vendrán preestablecidas por la dirección del blog (ego sum) y la tercera quedará abierta para que sea el público quien la sugiera. De vosotros depende que Óscar se convierta en un triunfador en la vida o en un mendigo harapiento, por mencionar solo dos de las infinitas posibilidades. Adelante.

martes, 15 de abril de 2008

1x06. El sueño de los peces. Parte II

Óscar se despertó sobresaltado. Estaba empapado de sudor y su corazón latía a mil por hora. Estaba tan desorientado que le costó varios segundos centrar la vista y serenarse. Cogió un vaso de agua de la mesita de noche y poco a poco se fue relajando. Miró el reloj despertador. Aún quedaba media hora para que sonara pero después de la pesadilla ya no podría dormir.

La pesadilla. Ya ni la recordaba pero había sido grave.

Encendió la lamparita de la mesa de noche y agarró el libro con el que se había quedado durmiendo la noche antes. Evidentemente se trataba de un libro de texto, concretamente uno de los que tenía que repasar y repasar para los exámenes de selectividad que empezaban justo ese día. En media hora se levantaría, se ducharía y saldría corriendo a decidir su futuro. Todos esos años de dedicación exhaustiva a los estudios ya estaban teniendo sus frutos. La selectividad sería un camino de rosas y luego... luego el comienzo de su nueva vida. Convertirse en lo que siempre había ansiado.

Repasó una vez más el libro moviendo su vista entrenada entre los colores fluorescentes de los subrayados temáticos que había realizado pulcramente sobre los datos especialmente importantes o difíciles de recordar. Su cabeza ya tenía todos los datos. Estaba más que preparado así que se levantó.

Estaba un poco mareado y supuso que se trataría de los nervios. Bajó al cuarto de baño, se lavó la cara y las manos y contempló su cuerpo desnudo frente al espejo. No había ningún cambio en él. Siempre se había preguntado qué ocurriría exactamente al ser mayor de edad, si experimentaría algún cambio externo o mental, si se daría cuenta su cuerpo antes que su mente. Pero nada. Su cuerpo pálido y sin ninguna cicatriz (estudiar, estudiar y estudiar no dejaba muchas heridas, no) seguía igual que la mañana anterior.

Se preguntaba lo mismo acerca de perder la virginidad. Si representaría un cambio en su cuerpo el hecho de dejar de ser virgen.

Se quitó lo que le quedaba de ropa para meterse en la ducha. Cuando se quitaba la pulsera de la muñeca se sintió extraño. Era una pulsera normal, con tres letras grabadas, pero le pareció extraña en aquél momento. Le resultó fuera de lugar. Se metió en la ducha sin hacer demasiado caso a su cabeza. Aquélla mañana estaba un poco raro. Sería culpa de los exámenes.

Salió de la ducha, se secó y bajó corriendo a desayunar. Tostadas y café, el desayuno de los campeones por más que su madre insistiera siempre en que lo acompañara con algo de fruta. A esas horas a Óscar solo le apetecía café y tostadas. Su madre estaba en la cocina cuando bajó. Le saludó con una sonrisa. Estaba tejiendo lo que parecía ser un jersey muy pequeño mientras canturreaba. Óscar miró la pequeña prenda extrañado por encima de su taza de café. Su madre debió adivinar la pregunta y le respondió:

-¡Qué va a ser, Osquitar! A partir de hoy serás un hombre, seguro que un día de estos me haces abuela.

Óscar asintió un poco avergonzado. Acabó su desayuno, dio un beso a su madre y salió pitando a la calle. En la mano llevaba su bolígrafo de la suerte.

La ciudad estaba bastante activa para ser tan temprano. Le sorprendió ver una cola de personas que se extendía ordenadamente desde la puerta de un banco cruzando toda una manzana hasta... ¡la puerta de otro banco!

-El mundo está loco- pensó, y continuó su camino.

Junto a la universidad que le había tocado para hacer los exámenes habían colocado un circo enorme. "Vaya lugar para colocar un circo", pensó mientras entraba por la enorme puerta. Buscó el aula que le habían asignado y comenzó a nadar por pasillos atestados de estudiantes nerviosos buscando el lugar. Se detuvo en el cuarto de baño. Quería orinar antes del examen para que no le entrasen ganas luego. Entró en uno de los cubículos y comenzó a orinar mientras leía distraído las pintadas en la pared. Una de ellas le llamó la atención por la perfecta caligrafía que presentaba. Ponía:

"ESTÁS MUERTO"

Óscar sufrió un escalofrío y se apresuró a salir del baño pero oyó algo extraño. Parecía como una voz. Una voz humana pero que sonaba muy bajito desde algún punto del baño. Acercó el oído en la dirección en que provenía hasta descubrir que el sonido parecía salir de la tubería que bajaba desde arriba de la cisterna hasta el mismo retrete. Pegó la oreja y oyó una voz de hombre muy lejana que decía:

-¡Óscar! ¡Óscar! ¡Vuelve!

Óscar pegó un respingo. Tenía miedo así que salió del baño presuroso y no se tranquilizó hasta que se encontró de nuevo en la marea de estudiantes que iban buscando sus aulas respectivas.

Un minuto más tarde nuestro héroe encontró la suya. Entró y se sentó en una de las mesa del final. La clase se fue llenando de gente. Todas las mesas fueron ocupadas, sin embargo Óscar no reconoció a nadie. Imaginó que sería debido a que habría demasiada gente y habrían repartido todo en varias universidades. Pasados unos minutos la puerta volvió a abrirse y entró un profesor con una pila de exámenes en la mano. Se dirigía hacia su mesa tranquilamente. miró a la gente del aula mientras caminaba y de pronto, se fijó en óscar y se detuvo en seco dejando caer los exámenes.

Todo el mundo se quedó sorprendido, boquiabierto mirando al profesor. Óscar pensó que había hecho algo mal, que se había equivocado de clase, que no era el día del examen...

Por fin, el profesor levantó su mano señalando a Óscar directamente y sin mediar palabra comenzó a reír a carcajadas. Era una risa contagiosa y cruel. Todos los alumnos se fueron volviendo hacia él y la risa comenzó a contagiarse, cada vez más rápido al tiempo en que toda la clase se volvían a mirarlo. El ruido de la clase entera riendo debía resonar en toda la universidad.

Óscar preguntaba "¿qué pasa?, ¿qué?" al borde de la desesperación lo cual aún provocaba que rieran aún más fuerte. En ese instante miró a la mesa, en busca de alguna señal. Sobre la mesa estaba escrito en excelente caligrafía y en grande:

"ESTÁS MUERTO"

Óscar aterrorizado miró hacia abajo, huyendo del texto y reparó en el porqué de la risa colectiva. Había olvidado algo al salir corriendo de casa: vestirse.

Estaba completamente desnudo.

4 comentarios:

Elem dijo...

Falta la opción D jaja despertarse. Fijo con el golpe ahora mismo esta soñando que nada ha pasado.. O igual esto se asemeja a cierta parte de la Torre Oscura y ya andamos por mundos paralelos en los que se reciben notas e indicios que te envian desde otro mundo en el que sí has muerto. Desvaríos mios.
Veremos como avanza esto con los demás comentarios.

Virginia dijo...

Va a despertarse en algún lugar de la alcantarilla, deseando con todas las fuerzas de su alma estar de verdad desnudo en medio de la clase xddddddd




Óscar no puede morir.
Sólo los actores que lo interpretan.


xdddddd


Como Duffman.


Y en otro orden de cosas.

†_†Cristina DunkleSeele†_† dijo...

Hago masajes 30 minutos 15 euros, 1 hora 20 euros (San Fernando) también depilo precio a convenir. Tengo titulación.

Vórtice Marxista dijo...

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